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QB8 ¿Te quedarás con este hombre?

El mensaje nupcial que el Espíritu Santo está trayendo a la iglesia hoy es un desafío de reforma radical que enfrenta y amenaza con cambiar gran parte de lo que hemos entendido sobre la iglesia. Nuestras perspectivas, preferencias, personalidades y programación deben dar paso a un paradigma muy superior. El paradigma nupcial no está pidiendo ser exprimido en nuestras ya abarrotadas estanterías junto con otras doctrinas para ser referenciadas de vez en cuando, sino que es la misma estantería en la que todo lo demás debe encontrar un lugar para caber o ser descartado por completo. El paradigma nupcial exige una reforma en el núcleo de lo que somos, es nuestra identidad la que se está revisando aquí. No es un refresco, ni siquiera otro avivamiento lo que se requiere. A lo largo de los años, la iglesia ha tenido muchos y aún sigue pidiendo más, aunque damos gracias al Señor por los que hemos tenido, lo que se necesita aquí va más allá de un refrescamiento o avivamiento, lo que se necesita es un despertar a nuestra identidad más elevada. Hay algo profundamente escondido en cada hijo de Dios que resuena con el mensaje nupcial, porque el Espíritu de Dios colocó el ADN nupcial dentro de todos nosotros cuando nacimos de nuevo. Simplemente necesita ser despertada como una semilla plantada que espera ser regada, o como la bella durmiente, la Novia está siendo seducida en el desierto con besos del Hijo. Ahora, aquí está el desafío que enfrenta la iglesia y su liderazgo hoy en día. Podríamos decir que así como Labán estaba cuidando a su hermana Rebeca, así los líderes de la iglesia hoy en día tienen un papel de custodio para la Novia, que es una asignación temporal para nutrirla y proveerla hasta que llegue el momento de que ella se vaya. Ahora, después de que Labán había aceptado originalmente el mensaje nupcial y accedió a liberar a Rebeca, para cuando llegó la mañana, había cambiado de opinión y quería retrasar todo el asunto. El relato describe cómo el siervo se enojó y advirtió: «No me lo impidas, ya que el Señor ha prosperado mi viaje». Una vez que el Espíritu Santo trae el mensaje nupcial, no debemos interponernos en Su camino, el Señor está celoso de Su Novia. La palabra celoso significa ferozmente protector de los derechos o posesiones de uno, y así es como el Señor está sobre Su Novia. Así que Labán se retira rápidamente y sugiere que le preguntemos a la niña, al llamarla niña, está enfatizando su edad, sugiriendo que no está lista. ¡Oh, cuán equivocados estamos cuando pensamos que sabemos más que el Señor acerca de Su Novia! Así que aquí está la pregunta que todos debemos responder, es la pregunta que se le hizo a Rebeca ese día: «¿Irás con este hombre?» ¿Abandonarás la comodidad de lo que conoces e incluso de aquellos que están a tu alrededor en el viaje desconocido de la Novia? ¿Llegarás a abrazar el mensaje que exige una respuesta y te alinearás con tu identidad nupcial? Es hora de que la Novia se levante, es hora de recibir el aceite extra. Respondamos como lo hizo Rebeca, quien respondió simple pero decisivamente: «Iré».