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Buscad al Señor mientras pueda ser hallado

«Buscad al Señor mientras puede ser hallado; Llámalo mientras está cerca». Isaías 55:6 (NVI)

En el ajetreo y el bullicio de la vida, es fácil quedar atrapado en nuestras rutinas diarias, nuestras preocupaciones y nuestras actividades. Sin embargo, en medio de todo esto, la invitación de Dios resuena a través de los siglos: «Buscad al Señor mientras puede ser hallado; Llámalo mientras está cerca». Estas palabras de Isaías nos recuerdan la urgencia y el privilegio de buscar la presencia de Dios.
Dios no es distante ni distante; Él está cerca de nosotros, siempre presente, siempre dispuesto a escuchar nuestras oraciones y deseos. Pero, ¿lo estamos buscando? ¿Nos estamos tomando el tiempo para cultivar la intimidad con Él? En un mundo lleno de distracciones, buscar a Dios requiere intencionalidad. Implica dedicar momentos en nuestro día a estar en comunión con Él, meditar en Su Palabra y derramar nuestros corazones en oración.
Cuando buscamos a Dios, no estamos simplemente siguiendo los movimientos, sino que estamos buscando una relación con el Creador del universo, Aquel que nos conoce íntimamente y nos ama incondicionalmente. Y la promesa es clara: cuando lo busquemos, lo encontraremos. No es escurridizo ni está oculto; Él espera ansiosamente que nos acerquemos a Él.
Por lo tanto, prestemos atención al llamado de buscar al Señor mientras Él pueda ser encontrado. Prioricemos pasar tiempo en Su presencia, sabiendo que en Su presencia hay plenitud de alegría y que Él satisface los anhelos más profundos de nuestras almas. Que seamos como el salmista que declaró: «Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo podré ir a encontrarme con Dios?» (Salmos 42:2). Y a medida que lo buscamos fervientemente, que podamos experimentar la riqueza de Su amor y la abundancia de Su gracia en nuestras vidas.