
(16) Y hemos conocido y creído el amor que Dios tiene por nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. (17) El amor se ha perfeccionado entre nosotros en esto: para que tengamos confianza en el día del juicio; porque como Él es, así somos nosotros en este mundo. (18) No hay temor en el amor; Pero el amor perfecto echa fuera el temor, porque el temor implica tormento. Pero el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. (19) Le amamos porque Él nos amó primero. – 1 Juan 4:16-19
No hay testamento más grande al que podamos aspirar que una vida que haya conocido el amor de Dios.
Conocer el amor es ser cambiado por su poder, porque nos eleva fuera de la desesperación de la soledad y acaricia nuestras almas como su tesoro. Dios es amor. Inmutable y perfecto, su amor no puede disminuir ni aumentar, porque nos ha amado sin límite ni condición y nos amará siempre por toda la eternidad. Sabiendo todo lo que podría haber que saber sobre ti y sobre mí, Él nos ama individualmente hasta el extremo. Nada puede separarnos de Su amor, ninguna circunstancia en la que Su mirada se aparte, porque en Cristo estamos eternamente seguros, sin importar el desafío que la vida pueda traer. Nuestro Dios es Amor. Sana nuestras penas y perdona, otorga dignidad y alimenta nuestros corazones con pasión para elevarnos por encima de las culturas predominantes de este mundo en una vida de maravilla y emoción.
Conocer ese amor es nuestra mayor recompensa, porque allí yace el hogar que nuestro corazón inquieto busca.
Como una flor al sol, deja que tu corazón se abra a Su amor por ti hoy.
Estés donde estés, sea cual sea el dolor que sufras, el aislamiento o el miedo, el desánimo o el fracaso, Dios es amor, y nunca dejará de creer en ti ni de prodigar su amor. La respuesta que necesitas se encuentra en Su amor, todo lo que necesitas hacer es quedarte quieto y respirar.
Amor divino, todos los amores que sobresalen,
El gozo del cielo a la tierra desciende,
Fija en nosotros tu humilde morada;
¡Todas Tus fieles misericordias coronan!
Jesús, Tú eres toda compasión,
Amor puro e ilimitado eres Tú;
Visítanos con Tu salvación;
Entra en cada corazón tembloroso.
Juan Wesley 1747